INMANUEL KANT Y EL IMPERATIVO CATEGORICO. Dr. Agustín García Banderas

(1724 – 1804)

Autor Agustín García Banderas

Este filósofo, pequeño de cuerpo, y grande de pensamiento, nació en Könisberg, ciudad en la que literalmente vivió los ochenta años de su existencia, ya que  no salió nunca de ella; puede decirse que era un “viajero inmóvil”, pues era un apasionado de de los estudios de geografía y etnografía de países lejanos. Su madre era pietista, por cuya razón Kant estuvo inmerso durante su infancia y juventud en una instrucción religiosa rigurosa, tanto en la doctrina como en la práctica.

Esta influencia determinaría dos actitudes antinómicas: la una de conservación de los principios puritanos que le habían inculcado y la otra de alejamiento de la iglesia en su aspecto más ortodoxo; esto explica el contenido de su filosofía, completamente racionalista y de su ética, esencialmente deontológica. Su padre fue talabartero y tuvo que hacer grandes esfuerzos económicos para educar a sus hijos.

Todos sus biógrafos coinciden en la rutina que dominaba su vida: “ levantarse, tomar té, escribir, dar clase, almorzar y pasear. Cada una de estas actividades tenía señalada su hora y cuando aparecía en la puerta de  su casa y se iba a pasear por el “paseo del filósofo” , como se le conoce hasta ahora, los vecinos sabían que eran exactamente las tres y madia de  la tarde.

. Todo el resto del tiempo pasaba dando clases y escribiendo su obra filosófica ; nunca se casó, pues según su propia frase : “ cuando podía necesitar una mujer no podía alimentarla y cuando ya podía alimentarla, ya no la necesitaba”. Así transcurrió su vida, hasta que se deterioró el órgano que más había trabajado y víctima de la demencia senil falleció en 1804.

Para tratar de entender la filosofía de Kant, haya que ubicarse en el siglo XVIII (1) y tomar en cuenta la obra de John Locke, que defendía la tesis de que “ nada existe en el espíritu que no haya estado primero en los sentidos” , de lo cual se puede colegir que la materia es el elemento fundamental del espíritu  .

Contra esta concepción, reaccionó del obispo George Berkeley , para quien toda materia, en cuanto la conocemos, es una condición mental y la única realidad que conocemos directamente es el espíritu.

Paralelamente, David Hume, el escéptico escocés, afirma que el espíritu no es sustancia ni un órgano que tiene ideas; las percepciones, los recuerdos y los sentimientos son el espíritu y no existe una alma observable tras de estos procesos  (2) , con lo cual la filosofía había destruido el espíritu. Yendo más allá , Hume negó la necesidad de la ley natural con su principio de causalidad. De esta forma hizo tabla rasa de de las bases de la fe y de la ciencia , como se habían concebido hasta entonces.

(1) Victoria Camps “Historia de la Etica”  Ed Crítica. Barcelona 2002

Cuando Kant  leyó las obras de Hume, se sintió impresionado y dijo que le había despertado del sueño dogmático e inició la construcción de su sistema filosófico, el mismo que le tomó el resto de su vida y está contenido en las siguientes obras monumentales: “ La Crítica de la razón pura”, “Crítica de la razón práctica” , “Fundamentación de la Metafísica de las costumbres” , “Política y paz perpetua y la” Religión dentro de los límites de la razón pura” , entre otras.

En la “Crítica de la razón pura”, Kant propone una síntesis de las dos corrientes dominantes a lo largo de la filosofía moderna: el empirismo de Locke y Hume y el racionalismo de Descartes y Leibniz. Kant postula que quizá nosotros nunca conozcamos la realidad  de la cosa en sí ( noúmeno) (3) F. Savater . “La aventura del pensamiento” Ed Sudamericana  Bs Aires 2008).Sabemos lo que percibimos a través de los sentidos y lo que da nuestra estructura cognoscitiva. Esta teoría cognoscitiva es su mayor aporte en el terreno de la epistemología.

Para entender mejor esta innovación  hay que recordar que para los racionalistas, la mente hace todo el trabajo del conocimiento y forma la idea. Para el empirismo  el hombre es una “tabula rasa” en la que la realidad va dejando sus impresiones. Kant postula que el  conocimiento comienza con la experiencia ( momento a posteriori), pero no todo proviene de ella ( momento a priori), sino de la constitución mental; a esta combinación le llama “ fábrica del conocimiento”, en la cual hay dos moldes, el espacio y el tiempo, que son principios a priori, que están dentro de la mente y son las condiciones de toda experiencia.

En la misma obra cuestiona el dogmatismo de los sistemas filosóficos anteriores, que desarrollaban sus tesis a partir de bases absolutas ( dogmas),  los cuestiona en estas frases: “La critica no se opone al procedimiento dogmático de la Razón en su conocimiento puro como ciencia, sino al dogmatismo, es decir a la pretensión de avanzar con un conocimiento puro, formado de conceptos y con el auxilio de principios como los que la razón emplea desde hace largo tiempo, sin saber de que manera o con qué derecho puede hacerlo”.

Luego de definir los conceptos de “Estética trascendental”, “Lógica trascendental”, “Analítica trascendental” y “Dialéctica trascendental “ , llega a la conclusión que la sustancia, la causa y la necesidad son categorías finitas y que la religión, una alma libre e inmortal y un Creador benévolo no podrían jamás ser demostrados por la razón. Pero si bien no se puede demostrar la existencia de Dios, tampoco ninguna ciencia puede demostrar que  no hay Dios . Por esta razón dice el filósofo: “hube de suprimir la ciencia para dar lugar a la fe”(4)

( 2) Fina Oriol  “Gigantes de la Filosofía”

(3) Savater Fernando “ La aventura del pensamiento”.

(4) Durand Will : “Historia de la Filosofía”  .-Librería HACKETTE  Buenos Aires

CRITICA DE LA RAZON PRACTICA

En la Crítica de la Razón pura, Dios no entra en el campo de la razón, ni la inmortalidad, ni los valores, ni la libertad. Empero en la Crítica de la razón práctica, que condensa el pensamiento ético de este filósofo, encontramos uno de sus párrafos más famosos: “Dos cosas llenan el ánimo de admiración y veneración, siempre nuevas y crecientes, puesto que con la mayor frecuencia y aplicación se ocupa de ellos la reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí.”

A guisa de comentario podemos decir que la contemplación del universo impone al hombre una sensación de partícula infinitesimal; pero la ley moral, que consagra nuestra libertad, coloca al ser humano como independiente del mundo sensible, en un nivel superior a todo lo creado.

La conciencia moral según Kant, es el reino de lo que debe ser, en oposición a la naturaleza que es el reino del ser. Las leyes son o leyes de la naturaleza ( leyes por las cuales todo sucede), o leyes de la libertad ( leyes según las cuales todo  debe suceder). La ciencia de las primeras se llama Física, la de las segundas Ética. Mientras en la naturaleza impera la necesidad, la causalidad, en la conciencia moral encontramos un “imperativo categórico”, que manda a un sujeto libre que puede o no obedecer.  El imperativo categórico se diferencia del imperativo hipotético, en que obliga siempre ( ejemplo : debes trabajar) , en cambio el hipotético depende de una circunstancia ( ejemplo: si quieres sentirte útil debes trabajar), en este caso depende mi acción de que yo quiera o no sentirme útil. El imperativo moral manda más que cualquier circunstancia o situación concreta.

Como el hombre no  es solo un ser racional , sino también sensible, su actuación se halla bajo el dominio de la razón y de las inclinaciones, las mismas que pueden entrar en conflicto con la buena voluntad. En este punto el obrar bien se presenta como un deber u obligación ( de aquí que esta moral se conoce como “ética del deber”, porque su valor moral no depende de lo que se pretende lograr sino de la “máxima” por la cual se realiza.

CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE LA ETICA KANTIANA (5).-

Kant formuló el imperativo categórico de las siguientes formas:

“No obres nunca  sino de manera que puedas querer  que tu conducta se transforme en ley universal”

“Obra de tal modo que uses a la humanidad tanto en tu propia persona , como en la de cualquier otro siempre como un fin y no solo como un medio.”

“ Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un legislador en un reino de los fines”

(5) Fundamentación de la metafísica de las costumbres

¿Cómo concibe el “reino de los fines”?.- Lo define como “el enlace sistemático de de distintos seres racionales por leyes comunes; esto es un reino que con esas leyes  se propone referir a esos seres unos a otros como fines y medios, desde luego este es un reino ideal:

Dentro del reino de los fines rigen los siguientes principios:

*Todos pueden pertenecer: “ un ser racional pertenece al reino de los fines como miembro de él, cuando forma parte de él como legislador universal, pero también como sujeto a estas leyes. Pertenece al reino como jefe , cuando como legislador no está sometido a ninguna voluntad de otros”

*La moral descansa en la relación de las personas:  “el deber no descansa en sentimientos, impulsos o inclinaciones , sino en la relación de los seres racionales entre sí, en la cual la voluntad de un ser racional debe considerarse siempre como legislador, pues caso contrario no podría pensarse como fin en sí mismo.

*Dentro del reino de las fines solo el hombre tiene dignidad: “en el reino de los fines todo tiene un precio o una dignidad. Aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo equivalente, en cambio lo que se halla por encima de todo precio, y por tanto no admite nada equivalente, tiene dignidad.

* Solo a la persona se le debe respeto: “el respeto se aplica solo a las personas, nunca a las cosas. Esta últimas pueden despertar en nosotros inclinación y cuando son animales incluso amor, pero nunca respeto”.

* La moral es inviolable. El hombre en verdad  está lejos de la santidad, pero la humanidad tiene que serle santa. En toda la creación, y que tenga poder, puede hacer lo que quiere; únicamente la criatura racional es fin en sí mismo.

Para Kant el mandato absoluto del deber prueba la libertad de nuestra voluntad, ya que le sentimos como la esencia misma de nuestro íntimo ser. De un modo que sentimos perfectamente, pero que no podemos demostrar cada uno de nosotros es libre. Más aun, aunque no podamos demostrarlo, sentimos que somos inmortales, pues sentimos el mandato de la rectitud y sabemos que debemos hacer el bien aunque no nos convenga. Este sentimiento de rectitud está impreso en el corazón, que nos dice que este sueño terrenal es sólo la gestación de un nuevo nacimiento.

Concordante con esta afirmación de inmortalidad, la causa adecuada es la existencia de Dios, que no se puede probar por la razón, sino porque nuestro sentido moral nos obliga a creerlo así. Aquí encontramos una coincidencia con Rousseau, que por encima de la lógica de la cabeza, está el sentimiento del corazón y con Pascal que dice que el corazón tiene razones que la razón no puede entender.

Otra obra de capital importancia es la “Religión dentro de los límites de la pura razón”, en la cual muestra un racionalismo  exagerado y trata de resolver los misterios de la religión cristiana. Afirma que por malo que sea el hombre en particular, la humanidad como tal es buena. Ella es el “Hijo unigénito de Dios”, y aquel hombre ideal que tomó sobre sí el dolor de todos y que por nosotros marchó a la muerte es Cristo; por eso creer en él quiere decir realizar en nosotros cada vez más esta humanidad ideal. Teóricamente se puede distinguir entre religión y moral; si se miran los mandamientos morales como leyes de nuestra razón autónoma se habla de moral; pero si se miran como mandamientos de Dios se habla de religión. Pero en la práctica no hay distinción entre religión y moral.

Todo lo anotado anteriormente nos conduce a pensar que el Kant racionalista que niega que se pueda probar la existencia de Dios por la “razón pura”, fue finalmente vencido por el Kant que no pudo desprenderse nunca de su educación pietista y afirma que la moral demuestra la existencia del Ser Supremo y de la inmortalidad del alma.

Retornando al pensamiento laico de este filósofo ilustrado, cabe hacer un breve análisis de la frase célebre: “ La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad”.

La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad, cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él sin la conducción de otro. SAPERE AUDE ¡ Ten valor de servirte de tu autoentendimiento!, he aquí la divisa de la Ilustración. Esta divisa está presente  y debe seguir estando en la sociedad actual , como defensa del ser humano frente a los totalitarismos fundamentalistas que siguen asolando ciertas regiones del planeta.

Del planteamiento anterior se desprende el concepto de autonomía , que significa que el hombre es autolegislador y  se da a sí mismo una ley moral universal y esta autodeterminación  con caracteres de universalidad es lo que se conoce en Bioética como el principio de autonomía. Los siglos anteriores se caracterizaron por una desconfianza o falta de valentía para efectuar los actos de la existencia de acuerdo a los dictados de la propia conciencia, y eran los padres, profesores o dignatarios eclesiásticos, los que decidían que actos eran morales o no, estableciendo códigos “sui géneris” para sancionarlos; durante la época de la Ilustración, el hombre llega a la mayoría de edad y se gobierna a sí mismo.

El concepto de dignidad , constante en la frase tan conocida y repetida de que “las cosas tienen precio y solo el ser humano tiene dignidad”, es el fundamento laico de esta cualidad ,inherente a la persona y que le diferencia de las otras especies y de las cosas.

INFLUJO DEL PENSAMIENTO DE KANT  .-

Kant criticó la Metafísica tradicional y efectuó una síntesis armoniosa de las corrientes antagónicas del pensamiento moderno ( racionalismo y empirismo), sostuvo que Dios no es objeto del conocimiento racional; estableció los límites del conocimiento humano, pero sobretodo sentó las bases de la filosofía moderna.

No es tema del presente ensayo hacer un análisis de toda la influencia del pensamiento kantiano en la filosofía posterior; lo que se puede decir es que influyó directamente en la génesis del idealismo alemán, a través de las doctrinas de Hegel, Fichte , Schelley, quienes radicalizaron sus tesis. Indirectamente , y a través de Hegel, influyó en Marx, quien transformó el idealismo hegeliano, en un sentido totalmente materialista, adaptando a su teoría los postulados de la dialéctica hegeliana.

Si bien el neopositivismo hizo una interpretación errónea de la filosofía kantiana, al sostener que es imposible el conocimiento metafísico y solo cabe la ciencia de lo que se puede percibir y demostrar con lógica matemática y experimental, pensadores de la talla de Hans Jonas, John Rawls y Jürgen Habermas, en el siglo XX, han partido de la filosofía kantiana para construir sus propios sistemas, poniendo énfasis de que la conducta que se adopte sea universalizable . (Imperativo categórico).

Literatos de la importancia de Goethe y Schiller bebieron en las fuentes de la filosofía kantiana y la exaltación del sentimiento, preparó el voluntarismo de Schopenhauer , el intuicionismo de Bergson  y el pragmatismo de William James.

Durante el siglo XIX se  atacó la teoría de un sentido moral “a priori”, innato y absoluto. La doctrina de la evolución postuló que el contenido de la conciencia es adquirido, aunque la disposición a la conducta social es innata; el yo moral no es una creación especial que procede de Dios, sino el resultado de una evolución lenta. Las morales no son absolutas sino que varían con la naturaleza y las circunstancias de cada grupo humano.

Además se le ha tachado de excesivo formalismo, ya que descuida el contenido de la ética para enfatizar en códigos deontológicos absolutos, lo cual le confiere rigidez a su doctrina.

Empero, luego de haber vivido el siglo XX , que se caracterizó por una anulación de los valores universales, una destrucción de la humanidad por las guerras  y una fractura espiritual de la columna social  , estimo indispensable citar a Allan Finkielkraut, quien en su libro “La derrota del pensamiento” (1987) , define la postmodernidad  como el movimiento de la no cultura y del no pensamiento : “La consigna de este nuevo hedonismo que rechaza tanto la nostalgia como la autoacusación es colocarse bien.(6)

Sus adeptos no aspiran a una sociedad auténtica, en la que todos los individuos vivan comodamente en su identidad cultural, sino a una sociedad polimorfa , a un modo abigarrado que ponga todas las formas de vida a disposición de cada individuo…Al ser consumidores y no conservadores de las tradiciones existentes, el cliente-rey que llevan dentro, se encabrita ante las trabas que las ideologías vetustas y rígidas ponen al  reino de la diversidad. Todas las culturas son igualmente legítimas y todo es cultural, afirman al unisono los niños mimados de la sociedad de la abundancia  …”                         

(6) Diccionario de términos éticos F. Blásquez Cardona. A. Devesa del Prado. M. Cano Galindo.- Ed. Verbo divino 1999

“ La absorción de lo cultivado ( la vida del espíritu ) en lo cultural (la existencia habitual ) , ha sido sustituida por una especie de alegre confusión que eleva la totalidad de prácticas culturales al rango de grandes creaciones de la humanidad”.

Ante esta realidad indiscutible de la crisis y ausencia de valores que caracteriza a la postmodernidad, creo que es un imperativo ( para decirlo a la manera de Kant) , volver los ojos a las enseñanzas del maestro de Könisberg y practicar los postulados formulados por los filósofos universales de la ética, rescatando lo rescatable, sin absolutismos  y de acuerdo con los cambios que han experimentado las sociedades  en el transcurso de más de dos siglos.