Pedro Isaac Barreiro
¿Será verdad que esta noche vuelan libres las palabras?
¿Será verdad que podremos decir cuánto nos duele hoy la Patria
y que, por fin, esta noche se escucharán nuestras voces?
¡Noche gloriosa esta noche!
¡Noche que un día hará historia!
Tanto tiempo la palabra guardó silencio en las bocas
que empezó a volverse amarga,
temerosa, dura y triste,
como la vida del pobre: aplastada por la carga
de la esperanza frustrada y las mentiras de siempre.
¿Será verdad que esta noche podremos decir: ¡ya basta!?
Basta de engaño y limosna
Basta de insulto y de escarnios
Basta de perdón barato
Basta de atropello y miedo,
Basta de tarima y canto!!!
¡Esta noche la palabra, ha soltado sus amarras
y vuela, como el viento, libre, por los pueblos de La Patria!
Va recordando a la gente que su historia no es reciente
que nadie podrá arrebatarle ni sus soles ni sus nombres
que nadie podrá adueñarse de sus fechas, de sus glorias
que nadie podrá cambiarle su vocación libertaria…
Que Daquilema no ha muerto, que desde El Ande nos mira
y nos pide continuar
la lucha contra el tirano.
Que las memorias de Espejo, de Calderón y de Alfaro,
nunca podrán profanarlas
aunque lo intenten a diario.
Que esta noche la palabra, reviva y siembre con fuerza
el coraje y la entereza
de las Manuelas quiteñas en pro de la libertad.
Que esta noche la palabra nos ayude a recordar
toda la sangre regada
aquel horrendo noviembre del negro año 22
en las riberas del Guayas.
Que esta noche la palabra no permita que olvidemos
la tierra empapada en sangre
aquí cerquita, en el sur,
en el ingenio de Aztra, en los campos del Cañar.
Que esta noche la palabra nos vuelva, al fin, solidarios
con la gente de Dureno, duramente castigada
por defender a su tierra, su mundo, su potestad.
Que esta noche la palabra rompa otra vez sus cadenas
y retumbe en todo el orbe la palabra LIBERTAD!
¡Noche gloriosa esta noche!
¡Noche que un día hará historia!